jueves, 1 de octubre de 2009

Carta al Sr. Zp

Estimado (Por cada vez menos votantes) Sr Presidente del desgobierno español:

Quiero agradecerle que nos esté dando una lección de tolerancia. De como tolerar sus mentiras, de aprender a sufrir el engaño continuo del retroceso de la crisis, que no de la economía española, invento de la derecha, el poder saber de una vez la desinformación a la que estamos sometidos sobre temas tan vanales como porqué sus ex ministros dimiten del congreso o porqué los actuales tienen menos fuerza cada día, excepto los palmeros de los que se rodea a base de cargos.

Desearía que diera algun día las gracias al Sr. Aznar por elegir a Rajoy como jefe de las des-oposición y no a Rodrigo Rato como jefe del Gobierno, porque ese Sr sí sería un gran presidente. La derecha es su mejor aliada, junto al grupo Prisa y sus amigos Roures y compañía.

Respetado Sr Zp, le recuerdo que la crisis también está en Portugal, Italia, Alemania, y sin índices como los nuestros, y en USA también hubo ladrillo, como en todos sitios,... Pero es más fácil echarle el muerto a los que le han elevado al Gobierno, es decir, al PP, que con sus calladas y sus malas elecciones le dan el puesto.

Sr Zp, gracias por darnos pan y circo, pero prefiriría la ayudas de los bancos en puestos de trabajo. ¿A cuánto nos saldría esa ayda en suprimir impuestos o ayudas para las hipotecas? Ellos ya dieron, y aún dan, pelotazos con el ladrillo, de aquí hasta que los idiotas de los españoles terminen de pagar las hipòtecas....

Sr ZP, usted sólo se encontró con un país en ruinas, claro. Lo mejor de todo es que se irá dejando ruina, porque del pais se encarga de no dejar nada. Sr Zp, por favor, mire las ganancias de los bancos, invente ahí impuestos con los que crear trabajo, no les de más dinero por ahogarnos y haga caso de los que saben, deje ya las moniquetas y las posturas. Y Catalunya ya tiene bastante ganancia.

Muchas gracias, y feliz tercer mandato de antemano, porque la des-oposición se lo pone en bandeja, así nos va. Por cierto, los padres separados también existimos, y las ayudas ni las olemos, vamos, que el colectivo de padres separados no le interesa... Un ciudadano, que aunque no lo crea, está endeudado. Como casi todos a los que no ayuda usted.

Gracias por darnos a conocer en el mundo como el país que no saldrá de la crisis y por abrirme los ojos con respècto al PP. Peor que usted se puede hacer, como ellos demuestran.

lunes, 2 de febrero de 2009

Paisaje urbano

Me asomo a la ventana, llueve, el goteo contra el cristal ha sido el causante de mí madrugar, motivo de mi mal despertar. Voy a la maquina de café, la enciendo, busco el azúcar, se ha acabado, buen empezar. Miro a la calle, una mujer con un paraguas amarillo, mojada su falda, corre para alcanzar el autobús. Un camión recoge los bombos de la basura, suelta agua con sus ruedas al pasar ante la cabina de teléfonos, un coche intenta aparcar en un hueco estrecho, chirrían las ruedas, roza al de delante, choca con el de atrás, sale el conductor, haciendo eses elaborados desde su embriaguez. Las hojas de los árboles caen poco a poco, formando una alfombra verde, sobre el húmedo y mojado suelo. Otoño tardío, inesperado, vuelo de aves migratorias, época de inquietudes estudiantiles, sueños nacientes, promesas y pensamientos juveniles, ocaso de vidas ancianas, matrimonios que se cierran, parejas en la novedad de su conocer diario. Una pareja de policías recorren la calle, su ruta nocturna acaba, vuelta a casa, deber cumplido. Una ambulancia rompe el silencio monótono en su apresurada urgencia, un gato huye al cruzar la carretera, un perro ladra tras él, una risa juvenil, una carcajada adulta. Vuelvo a la cocina, recuerdo tener sacarina en algún lugar de la despensa, lo busco, caducó el mes pasado, da igual, necesito ese café, lo hago, me hecho los 3 sobres que encontré, lo saco al salón, a mi ventana, mi observatorio privado, mi escondite de Voyeur. Veo ya el despertar de mi ciudad, las primeras farolas que hacen pasar a la oscuridad del amanecer, los niños que llegan a sus guarderías matutinas, padres dormidos sin afeitar después de una noche de amigos, un grupo de jóvenes gritan canciones de épocas