sábado, 20 de marzo de 2010

Una historia cualquiera

Al mirar el reloj se dio cuenta de que era la hora. Encendió el ordenador, abrió su msn y esperó. No pasaron mas que dos minutos cuando ella apareción conectada. A pesar de que ya habían pasado varios días desde que se "conocieran" él no era capaz de resistir ese cosquilleo que le entraba cada vez que iban a hablar. No quería darle importancia, aunque quizá...


Ella fue la que le saludó primero. Un simple "wolas", y una risa. El, mucho más serio, le contestó con un "buenas, q tal?". Era como un rito, aunque ninguno de los dos se diera cuenta. No sentían como algo nacía en ellos.


Tras unos minutos de conversacón sobre como había ido el día se encontraron en su página. Fue allí donde se conocieron, un chat cualquiera donde ambos mataban el tiempo. No necesitaban de nada, pero allí se evadían de cada preocupación, de cualquier espamo de negatividad del día. Ese fue su lazo, su conexión.


A la vez que hablaban por el msn seguían las bromas de sus ciberamigos. Reían, disfrutaban de cada segundo que tenían para poder vivir sin agonía, de no decir anda o soltar lo que se les antojara.


Al cabo de una hora decidieron tener algo de intimidad, volver a ese mágico momento en el que ambos hablaban de si mismos al otro, esa unión que sabían que existía pero que ignoraban por el temor de lo no conocido.


Esa noche dieron un paso más. Él, o quizá ella, soltó, sin pervio aviso, que le gustaría que se conocieran en persona. Ambos rieron, pero ninguno dijo anda. Hoy por hoy era solo posible en los sueños de cada día. Ella estaba casada. Él no podía salir de su ciudad por el trbajo que lo encadenaba. Quizá algún día. En ese instante se tuvieron que separar.


Pasó una semana desde aquel día hasta que volvieron a encontrarse. El azar, ese caprichoso destino que marcaba la vida de aquellos que necesitan vivir cada segundo, les jugó una de sus sempiternas jugadas. Pero allí estaban. Volvían a encontrarse una vez más en su edén particula, en esa cueva de íntimo secretos que era la red.


Soñaron con un encuentro, con un beso, un paseo bajo el manto de las estrellas, con una noche de pasión y de caricias, un amanecer de desayuno en la cama y solradiante con aroma de primavera. Dibujaron en letras ese día en que se haría realidad y el destino fuera suyo. Fueron minutos donde la magia volaba por sus dedos y sus corazones desbocados daban impulsos a sus semivacías vidas. Sin embargo, los sueños, sueños son.


Pasaron los meses y los meses y cada día eran puntuales a su cita. Cambiaban las horas, incluso las madrugadas fueron momentos a los que recurrir para poder alegrar sus corazones. Ella seguía casada, él estaba enfrentado a sí mismo. Ambos sabían que todo era ilusión, o quizá realidad, sólo carecían de valentía.


Un día de otoño ella abrió el msn y le habló. No habían quedado a esa hora, pero tenía que decirle algo importante. Se separaba. No por él, no por ella, sólo por ambos. El se quedó atónito. No lo espraba. NO sabía que decir. Planearon pasar el próximo puente juntos, dar rienda suelta a meses de clandestinidad y sueños rotos. Ese día fueron felices como hacía años que no lo eran.


Dos días antes del encuerntro, el la llamó. No podría ir, le había salido un trabajo de última hora y no podía decir que no. No sabía como podría compensarlo, pero pronto se verían. Muy pronto. Ella lo entendió, aunque la tristeza le inundaba.


Pasó el puente y no sabía nada de él. Entró en la página donde tenían amisgos comunes y preguntó por él. Nadie sabía anda de él. Así pasaron las semanas y no aparecía. Ella llegó a la conclusión de que el miedo le había hecho huir. Su teléfono estaba siempre apagado, no lo encontraba por ningún sitio.


Pasaron los meses y para ella él sólo era un recuerdo, quizá el trampolín hacia su libertad, la esperanza perdida de encontrar una ilusión. Sólo guardaba las primeras conversaciones que grabó por aquello de que un día soñó.


A los dos años de la primera conversación recibió un ramo de rosas negras y una críptica nota. "Jamás te abandoné, fue la vida la que me abandonó a mi. Cuando te llegue ésto será el momento en que entiendas que mi vida voló por no ir a tu encuentro."


Buscó en google los periódicos de esas fechas de la ciudad de él. Había habido un accidente de coche. Las iniciales, sus iniciales estaban impresas en letras negras. Había quedado atrapado en un amasijo de hierros y sólo sobervivió tres días. Al recuperar la conciencia, justo unas horas antes de morir, escribió esa nota y le encargó a su hermana que la hiciera llegar. No sabía su dierección, sólo su nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario