domingo, 2 de mayo de 2010

Noviembre de playa

Me tumbe en la arena. Llovía, el agua me caía en la cara, mojaba la camisa que se me pegaba al cuerpo. La luna sobresalía entre las nubes y las olas chocaban en la arena acompasando las gotas que refrescaban aún más la noche.

Ella llegó en silencio. Un vestido de lino, unos zapatos de tacón, ropa interior blanca, una sonrisa eterna que iluminó la noche. Se sentó a mi lado, entrelazó sus dedos en los míos, me miró, me sonrió, me besó.

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